Argentina a un año de la motosierra de Javier Milei

El economista libertario Javier Milei llega este martes a su primer año de Gobierno en Argentina, marcado por un drástico ajuste del Estado, el mayor salto en la pobreza en dos décadas y una retórica histriónica que hizo al mundo voltear la mirada hacia el país sudamericano tras unos 13 años de aislamiento y estancamiento.

En sus 12 meses de gestión, y pese a las profundas huellas sociales que ha dejado, el Gobierno se ha dedicado a implementar un duro ajuste fiscal además de otras medidas, con el objetivo de equilibrar las promesas de campaña y la estabilización de la economía.

La motosierra de Milei ha desmontado 10 ministerios, centros de ayuda social e instituciones; ha paralizado la educación, la salud y las pensiones, y ha generado desempleo con la eliminación de más de 30.000 empleos estatales, llevando la pobreza a más de un 50%.

Pero, en la otra vereda están los logros: el riesgo país está en su nivel más bajo desde 2019, la inflación mensual cayó por debajo de la barrera del 3% en octubre, y se estiman unos US$ 30 mil millones en inversiones, especialmente a partir de la implementación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que busca atraer desembolsos superiores a los US$ 200 millones.

Tan es así que la semana pasada, el banco estadounidense JPMorgan respaldó los avances y aseguró que “la recesión en la Argentina ya terminó”.

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Logros económicos

La actual administración suma avances significativos en el saneamiento de las finanzas públicas y en la hoja de balance del Banco Central, mientras que ha eliminado los controles de precios, gran parte de las restricciones cambiarias y del comercio exterior.

Ya en enero de este año registraba su primer superávit fiscal primario mediante un ajuste del gasto público equivalente al 5% del PIB apalancado por la eliminación de subsidios generalizados.

Ello se mantuvo por los meses siguientes y permitió cerrar el año con superávit, algo que el país no alcanzaba en décadas.

La inflación es otro punto a favor: pese a algunos meses con variaciones al alza, la tasa ha ido logrando una tendencia progresiva a la baja, vinculada a la eliminación del financiamiento monetario del déficit y un riguroso control fiscal.

En octubre se ubicó en 2,7% mensual que, aunque es preocupante en muchas economías, para la nación austral representa el nivel más bajo en tres años.

Ahora, este miércoles se conoce el dato de noviembre y, aunque se estima que volvería a subir a 2,9%, en el acumulado a noviembre sería de 113%, muy por debajo del año previo.

Si se ve la variación interanual, la cifra sería de 193%, la séptima desaceleración consecutiva desde el 289,4% a/a de abril.

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Desafíos persistentes

En los puntos al debe de la administración, además del desempleo y la pobreza antes referidos, está la dolarización o el levantamiento de las restricciones cambiarias, una de las grandes promesas que no se han cumplido debido a la falta de reservas.

Al eliminar las restricciones, la demanda de dólares podría dispararse, lo que incrementaría su precio en el mercado oficial y elevaría el costo de las importaciones.

También impactaría la inflación y se alimentaría la pérdida de reservas internacionales, lo que afectaría la capacidad del país para cumplir con sus compromisos de deuda externa.

Según Wise Capital, la eliminación del cepo solo sería viable si se mantiene en firme el contexto de desaceleración del IPC, el fortalecimiento de reservas internacionales, más políticas que incentiven la exportación y un ambiente favorable para atraer inversiones extranjeras.

El impacto social es otro desafío. Si bien Milei mantiene un respaldo popular sólido, tiene el reto de convertir ese apoyo en políticas sostenibles que consoliden el crecimiento.